Llevamos dos blogs hablando sobre los alimentos y empresas de alimentos, y la forma en la que las plagas pueden afectar a varios niveles, comenzando por la impresión misma de ver una de tantas plagas recorriendo un establecimiento, pasando por la contaminación, problemas con la salud y al final lo legal asociado al caso; y el posible cierre de un negocio que pudo hacer algo antes, y tal vez no lo hizo.
Ahora toca hablar de algunos de estos indeseables protagonistas, con sus particularidades, su forma de accionar sobre el entorno que les agrada, entre otros detalles que te van a ser de mucha ayuda en tu trabajo de prevención y control.
Plagas más usuales
Cucarachas : estas son las plagas principales en los establecimientos de alimentos, transportan patógenos, salmonella, escherichia coli, que pueden llegar a los alimentos o superficie de preparación.
Prosperan en cualquier cavidad, se nutren de cualquier alimento o resto de ellos, se sienten más atraídas por alimentos y ambientes húmedos.
Se procrean cada 22 días aproximadamente, lo realizan en ootecas que son una masa de huevos resistentes a los insecticidas, por lo que son muy persistentes y el control se debe realizar periódicamente para erradicar.
Moscas: Estas requieren de una solución a largo plazo, y siempre está basada en prevención y limpieza.
Pueden transportar más de 100 patógenos diferentes dejándolas en toda superficie que tocan, para su correcta eliminación se debe localizar los sitios de desarrollo y proliferación, y comenzar las acciones desde allí, estos sitios pueden estar bastante lejos de donde se encuentran las moscas adultas.
La eliminación de su centro de procreación, claro está, que debe ir acompañado de los cuidados en los lugares afectados por las moscas adultas.
Roedores: Junto con las anteriores, esta plaga se encuentra entre las más temidas, sobre todo a nivel de primera impresión.
Pueden prosperar en muchas situaciones y pueden ser muy difíciles de combatir, existen dos métodos tradicionales que son respectivamente la eliminación y la exclusión.
La eliminación consiste en matar o atrapar a los roderos que eventualmente podrían entrar a las instalaciones.
La segunda consiste en evitar que entren, sellando las posibles entradas, sean estas registros de desagüe, rendijas de puertas, puertas que se mantienen abiertas.
Además, y algo de lo que pocas veces se habla, pero amplía su nivel de peligrosidad es que pueden ocasionar daños estructurales, pueden roer cables y abrir orificios que dejen ingresar otros tipos de alimañas.
Los ácaros de las Ratas
Los ácaros son diminutos paracitos que atacan normalmente a los roedores y aparecen en sus madrigueras, pero cuando se desratiza, la población de ácaros residentes puede abandonar el nido y buscar otros lugares para vivir.
Aunque estos ácaros no pueden vivir en la sangre humana, sí pueden morder a las personas, dejando marcas rojas, ampollas y fuertes dolores.
En una vivienda donde se encontraron roedores podría haber una población de ácaros, pero ”hospedados” en los perros, gatos, y en cierta medida en las personas.
Estos podrían dar positivo en un análisis de sangre a la presencia de Bartonella henselea, un patógeno bacteriano conocido por causar la “enfermedad de arañazos de gato”, se sabe que se transmite a través de gatos y perros, a través de pulgas y garrapatas.
Según recientes estudios se descubrió que las ratas llevan más patógenos de los que se creía, científicos del Centro de Inmunidad de la Universidad Columbia US, identificaron varios patógenos entre ellos E Coli, salmonella, clostridium difficile, que causan gastroenteritis leve en personas, y las bacterias bartonella y hantavirus que causan insuficiencia renal.
Estos estudios destacan la prevalencia de estas enfermedades en poblaciones de roedores silvestres y urbanos y el riesgo real de enfermedades agudas digestivas y febriles en humanos.
También destacan la importancia del control de roedores para la salud humana así como la necesidad de que los técnicos en control de plagas tomen las precauciones pertinentes al manejar roedores muertos.
Por esta razón recomendamos control con regular periodicidad, para más detalles puede contactar mediante nuestro formulario haciendo clic en este link.
Elaboración de un Plan de Manejo Integrado de Plagas
El objetivo del manejo integrado de plagas o MIP por sus siglas, es el mejoramiento y el bienestar de la población y la disminución de enfermedades transmitidas.
Esto puede lograse en parte a través de ciertas modificaciones del medio urbano:
- Establecer sistemas de prevención.
- Crear ambientes sanos.
- Crear zonas urbanas que reduzcan el riesgo de contaminación.
- Establecer una relación equilibrada entre las zonas urbanas y sus alrededores.
- Reducir la exposición de contaminantes químicos, biológicos, físicos y sus efectos sobre la salud en el ambiente laboral y su comunidad.
Para ello, es necesario diseñar programas de control adecuados contra aquellas especies que sean consideradas como plagas.
Uno de los aspectos claves se encuentra en el sentido dado por la OMG.
La planificación, organización y control de actividades para la modificación y/o alteración de factores ambientales, o su interacción con el ser humano, con el propósito de prevenir o disminuir al mínimo la propagación de vectores y reducir el contacto entre el ser humano y el vector o agente patógeno.
Existen varias formas de ordenamiento entre las que destacamos estas tres:
- Modificación ambiental: Toda transformación física, permanente o duradera en la tierra, agua o vegetación dirigida a prevenir, eliminar o reducir los hábitat de vectores, sin causar efectos negativos en la calidad del ambiente humano.
Es el caso de la mejora de alcantarillados, terraplenes, nivelación de tierras, etc., todas medidas permanentes, pero requieren de un manejo ajustado y una buena conservación.
- Manipulación ambiental: Consiste en cualquier actividad planificada dirigida a crear condiciones desfavorables para la cría de vectores en sus hábitats, esto podría ser en la reducción de niveles de agua en los focos de cría o eliminación de la vegetación.
- Modificación o manipulación de los hábitos o comportamiento humano: que nos permita reducir el contacto entre el hombre y los vectores y los posibles agentes patógenos, por ejemplo ubicar la vivienda lejos de los focos de cría de los vectores, edificios protegidos contra mosquitos, roedores y demás plagas, medidas de protección personal y la inclusión de barreras mecánicas para disminuir o evitar el contacto entre los seres humanos y los vectores.
Esta idea de ordenamiento del medio, perdió fuerza por el desarrollo de los productos químicos, pero renacieron debido a las limitantes que presentaron, como la aparición de especies resistentes o los niveles toxicológicos.
Las medidas del ordenamiento del medio, facilitan un control duradero, sin peligro de contaminación, y además rinden beneficios al desarrollo socioeconómico, las soluciones a todos estos problemas tiene que venir de todos los niveles de la organización social.
Las mejoras del medio urbano y de la salud ambiental, exige una actuación conjunta en varios sectores y la intervención de organismos públicos y privados.
Una actividad social
Cada vez la sociedad esta más concienciada sobre los efectos que provocan en el medio ambiente los productos químicos en general.
Desde hace años la población se pregunta si no existe una forma de reducir o eliminar la utilización de productos domisanitarios en zonas urbanas, lo que ha llevado a la introducción de lo llamado control integral de plagas y al diseño de programas de control.
En la visión actual del control de plagas el objetivo fundamental es crear y mantener situaciones que impidan que las plagas causen problemas de importancia, manteniendo su población en un nivel que no provoque daño, teniendo siempre en cuenta que el costo debe de ser lo menor posible y que el riesgo para el ser humano, animal o ambiente sea el menor posible.
Criterios Básicos en la Definición de Programas de Control
El uso racional de todas las metodologías de control disponibles se conoce como Manejo Integrado de Plagas MIP, y se enfocan en impedir que las plagas alcancen el umbral de daño.
Resulta complicado precisar cuál es el nivel máximo tolerado de cada especie de plaga en un lugar determinado ya que, a diferencia de las plagas agrícolas, no sólo hay que tener en cuenta criterios económicos, sino que se incluyen otros factores como la salud de personas y animales, o incluso criterios estéticos que varían por completo dependiendo de cada situación.
En el medio urbano resulta difícil calcular los umbrales de tolerancia a cada plaga, son totalmente variables; por ejemplo, la presencia de cucarachas puede tolerarse en algunos sitios, mientras que en las áreas de preparación de alimentos o de su consumo, resulta inaceptable su presencia, pudiéndose entonces hablar de tolerancia cero.
De ahí la necesidad de diseñar programas de MIP para cada caso o situación concreta.
Considerando todo lo anterior el control exige un planteamiento técnico de calidad, que aproveche los avances y conocimientos de las ciencias que estudian las características biológicas, ecológicas y etológicas de los organismos biológicos.
Un programa MIP debe contemplar obviamente la correcta identificación de la plaga, pero además un perfecto conocimiento de los métodos o técnicas de control, evaluación de los beneficios y riesgos de cada método, la selección del más efectivo y menos riesgoso para el hombre y para el medio.
Utilizar varios métodos correctamente cuando sea posible, cumpliendo la legislación vigente y, por supuesto, evaluar los resultados del programa.
No debemos olvidar que, dado que el ámbito de actuación es el núcleo urbano y su entorno, la incidencia de las medidas de control sobre la población es mucho mayor que en el control de otras plagas como las agrícolas, por lo que su aplicación debe estar sometida a un control más riguroso.
Ante cualquier problema de plagas póngase en contacto con nosotros, ya sea desde nuestro formulario de inspección, correo electrónico, al teléfono 021-613211 o al Whatsapp 0981-464 444