Ratas, ratones, lauchas, todas son una temible plaga que incluso comienza a molestar antes de una infestación, comienza con el susto de encontrarse con una.
Sabemos, con algo de humor, pero sin quitar la seriedad del caso, de personas que ante el encuentro con uno de estos visitantes sufren susto y desmayo repentino por la impresión.
Las ratas por su estructura física pueden hacer muchas cosas, son capaces de subir escaleras, subir cierto tipo de paredes, caminar sobre alambres o cables, y nadar en agua cercana desde el sistema de alcantarillado.
Pero desde las acciones del hogar se pueden tomar algunas medidas como el uso de cebo rodenticida.
Siempre recomendaremos el control de las mismas por especialistas, sobre todo en lugares donde tienen mascotas, ya que es muy usual el caso de intoxicación de las mascotas de la casa que así como las ratas, pueden no diferenciar que están ante un veneno, llevando en muchos casos a la muerte de un importante miembro de la familia.
¿Qué hacer cuando una mascota ingiere cebo rodenticida?
Es muy importante saber que, colocando los cebos en bandejas y escondiéndolos bajo los muebles NO NOS ASEGURA absolutamente nada en cuanto a la seguridad.
Normalmente los cachorros son más susceptibles a sufrir intoxicaciones ya que no degustan para comer, lo cual hace que los amargantes de seguridad que tienen muchos venenos no sean efectivos.
¿Cómo nos damos cuenta que una mascota se haya intoxicado?
No veremos síntomas repentinos, puede pasar mucho tiempo desde la ingestión hasta los primeros síntomas, pero al igual que un roedor se exhibirá, lo siguiente:
- Excremento del color del cebo.
- Manchas rojas en la piel (moretones).
- Sangrado en la nariz.
- Sangre en heces y/u orina.
- Vientre hinchado.
- Adormecimiento o inactividad normal.
Si sospechas que un animal se ha intoxicado, se debe buscar atención veterinaria inmediata, cuanto antes se diagnostica la situación, mayor será la probabilidad de que la mascota sea salvada.
Todos los rodenticidas tienen una dosis letal media (DL50) que es la cantidad mínima que debe ingerir un animal o una persona para que esta sea mortal, las siglas significan que esa es la dosis letal para el 50% de la población.
Normalmente se calcula en 0,3 mg/kg p.v., serían 0,3 miligramos por cada kilo de peso vivo, ejemplo la dosis para un perro pequeño de 4 kilos debería de consumir 1,2 kilos de rodenticidas.
Estas cantidades hacen que sea muy difícil que una mascota pueda, primero encontrar esa cantidad de rodenticida y luego ingerirla, pero no es imposible.
Eso tampoco implica que si accidentalmente ingiera uno o dos cebos no le pase nada, tal vez pueda tener náuseas, vómitos, somnolencia u otros síntomas, por eso se debe tener en cuenta las medidas de seguridad.
El uso de cajas cebaderas disminuye, aunque no suprime, el riesgo de contaminación en niños, personas inexpertas, mascotas, mercaderías e insumos y hasta personal mal intencionado.
Medidas de seguridad a tener en cuenta
Primero, verifica si es propicio y necesario utilizar venenos. Si es sólo un roedor, tal vez con trampas encontrarás una solución.
Pero cuidado, debes colocarlas adecuadamente dentro de cajas con llave, de lo contrario el roedor podría caer en la trampa engomada y zafarse eventualmente, o quedar atrapado y que tu mascota lo encuentre, y esta situación no te va a gustar.
Segundo, si el caso ya muestra la necesidad de colocar veneno, debes cuidar que estas estén dentro de las cajas cebaderas de buena calidad.
Tercero, y la regla más importante, ponete en contacto con nosotros para tener una orientación eficiente y clara, y una solución correcta a buen precio.
Las ratas y los organismos patógenos
Investigaciones y pruebas de expertos en diversas disciplinas que comprenden la importancia de mantener, un control apropiado de las plagas, así como armonía con el ecosistema encontraron que las ratas son potenciales vectores de aún más enfermedades de lo que se especulaba anteriormente.
Científicos del Centro para la Infección y la Inmunidad de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, identificaron varios patógenos bacterianos, que causan Gastroenteritis leve en el hombre y el hantavirus de Seúl, que causa una fiebre hemorrágica similar al Ébola y la consecuente insuficiencia renal en humanos.
El estudio destaca la prevalencia de estos patógenos en las poblaciones de roedores silvestres urbanos, y el riesgo real de enfermedades agudas del estómago y febriles llevadas a personas.
Los autores afirman que el estudio demuestra la necesidad de mejorar la vigilancia de patógenos y de las enfermedades, transmitidas por estos, en entornos urbanos.
Estos resultados muestran la importancia del control de roedores para la salud humana, así como la necesidad de que los profesionales de manejo de plagas tomen precauciones en el momento de manejar roedores muertos.
Ante cualquier problema de plagas póngase en contacto con nosotros, ya sea desde nuestro formulario de inspección, correo electrónico, al teléfono 021 – 613211 o al Whatsapp 0981-464 444